sábado, 30 de abril de 2011

Comentario de Las Meninas, Velázquez

Las Meninas o La Familia, como se conocía en su época, son la puerta que convierte a Velázquez definitivamente en un pintor moderno ya que con él se nos abre el horizonte de lo que será el arte en el futuro. Lo nuevo verdaderamente es que Las Meninas hay que entenderlas, sino no se pueden disfrutar.
El trazo es seguro, definitivo e incluso impresionista. La pintura es la gran protagonista y por tanto, el tema de la obra. Y en ese contexto el color, la estructura del cuadro y el disfrute del arte son el elemento central. Lo demás es secundario, incluso el posible tema central como son el rey Felipe IV y Doña Mariana de Austria o la escena de las meninas.
La escena se desarrolla en el Alcázar de Madrid en la estancia que servía de estudio del pintor. Puede ser que represente el momento en Velázquez que está pintando al rey Felipe IV y a Doña Mariana, que aparecen reflejados en el espejo del fondo y por tanto a primera vista son el tema secundario; aunque, si es cierto que los está pintando Velázquez, entonces sería el tema central. O bien puede que esté pintando a la infanta Margarita, rodeada de sus dos doncellas y de las meninas mientras miran cómo los reyes posan para Velázquez. Como se puede ver, Velázquez juega con la indefinición y falta de claridad del tema. Incluso es un tema complejo. Este hecho, es ya un gran novedad porque libera al arte de las cadenas de la concreción del tema para ser simplemente expresión artística, de la belleza entendida en su globalidad compleja. Por ello las propias complejidad e indefinición temáticas se convierten en el propio tema. De esa manera, Velázquez eleva la pintura de simple actividad artesanal a una actividad que imprime nobleza y dignidad. La cruz de la Orden de Santiago en su pecho, que ostenta con orgullo, según algunos, puede venir a simbolizar ese hecho.
La composición es también compleja porque el cuadro plantea varios planos de ubicación con un elemento en el que se unen todos los planos: el espejo del fondo donde se reflejan los reyes. Unos planos se ven, otros se suponen. En primer plano y en su centro se encuentra la infanta Margarita Teresa, de cinco años e hija del rey, acompañada de dos de sus doncellas, doña Isabel de Velasco y doña Agustina Sarmiento que le ofrece un búcaro de agua. En un plano anterior pero angulados en la derecha están los enanos Maribárbola y Nicolasito Pertusato. En otro plano posterior están el propio Velázquez, mirando frente y fuera del cuadro. Esta mirada nos lleva al plano del espectador donde están los reyes, cuya imagen difuminada está en el penúltimo plano. Obsérvese el atrevimiento de Velázquez al restar importancia compositiva a los reyes pero compensada con la importancia de ser supuestamente el tema central. Pero, atención, un tema central que ha perdido toda su importancia dentro de la nueva temática.
Detrás del plano de Velázquez, están ubicados la institutriz, doña Marcela Ulloa y el guardadamas. En el último plano y en el alfeizar de la puerta, el aposentador de palacio que era el encargado de abrir las puertas a los reyes. Como se puede ver diferentes planos, unos pintados y otros supuestos, unidos por espejos, miradas y posiciones. La composición es también componente temático.
La luz es bifocal, entra tanto por las ventanas laterales como por la puerta posterior bajo cuyo alfeizar se vuelve el aposentador de palacio. La destaca porque marca o difumina las figuras para crear la sensación de un espacio real, envolvente y creíble.
La pincelada es fluida, suelta, precisa e impresionista. Esta pincelada es la que crea la sensación de atmósfera en la cual la perspectiva aérea aparece como elemento estructural de la obra en su conjunto. Es un elemento que afecta al tema al formar parte de él.
Como hemos visto, Velázquez organiza la obra de manera tal que lo más importante es el proceso de construcción conceptual y analítico.

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